miércoles, 12 de junio de 2013

PESCA EN EL RÍO JURAMENTO

















EL  GRAN  PEZ

Ya no había vuelta atrás. Terminaba de cerrar la segunda tranquera por el camino de tierra suelta que une (o separa) la ruta de asfalto del río cristalino; Parecían lejos los 250 kms. de asfalto que había recorrido él solo, y que estaban a solo dos de esa puerta. Debía continuar; a veces las opciones simplemente desaparecen…. Esta vez no habría campamento, no habría fogata, ni carpas ni parrillada con asado humeante… nada de eso… es increíble y mágico como a veces un rutinario viaje de laburo puede tornarse una total aventura. Al llegar al lugar de pesca, el panorama no era el mejor: día frío, aguas frías, sin actividad de nada en la superficie, nuevamente los jejenes por doquier y sobre todo caras largas y manos vacías de los muchos pescadores que habían tentado suerte sobre la vera del río… y encima había que meterse al agua para comenzar el spinning!!! Ya que el día se presentaba frío y la actividad de los dorados era nula, y desafiando una vez mas al manual, comenzó a utilizar cucharas ondulantes que no profundizan demasiado, siempre plateadas ya que las aguas estaban claras: la “Dorado 38 grs. – Del”, la “Guitar 40 grs. – Esimar” y la “Mórtal 40 grs. – CAT”, y al final una de ellas dio sus frutos… Después de prospectar un par de lugares sin suerte, y siempre alejándose lo más posible de la gente y buscando lugares solitarios, eligió una corredera fabulosa debajo de un algarrobo a punto de caerse sobre la barranca oriental que el agua comía constantemente, y por supuesto empalizadas a ambos lados de la misma… Ése era el punto preciso, allí debía clavar el artificial, y sí, al primer lanzamiento se obtuvo respuesta… La explosión fue inmediata, el ataque de la fiera fue tremendo, violento, irrefrenable, estaría a cuarenta metros del pescador, éste lo clavó con rápido reflejo y en el acto saltó de izquierda a derecha sobre la corriente, fue entonces, cuando vió tal amarillo volando fuera del agua, y, aunque estaba a bastante distancia, se dio cuenta en forma inequívoca de que “no sería fácil”. La bestia robó línea de entrada nomás, el constante rrrrrrrrrrrr del carrete robado primero lo paralizó, después vino la reacción, regularlo al punto justo (ni muy tenso ni muy suelto) para poder trabajarlo; La fiera lo llevaba, lo arrastraba, y ya en medio del río una complicación más, cuando se dio cuenta que la línea se había enganchado en uno de los tantos palos secos que están debajo de la superficie; sobre las aguas del río solo se ven algunas puntas y cabos secos, pero debajo del agua, cual iceberg, hay más y más enramadas que a veces te complican la vida… y aún mas si estás utilizando un multi que te puede arrastrar un tractor pero que con un simple filo bien puesto se corta como el mejor… Pensó, en un segundo, que su equipo estaba bien, que su reel bastante pequeño sería suficiente “fierro” para soportar los embates, que la caña podría arquearse y arquearse sin reventar, que el multi soportaría el filo del palo del enredo debajo del agua, y que el nudo estaba bien hecho….. repasó los actos previos (en milésimas de segundos) y puso un “aprobado”, entonces pensó irónicamente “es peor! ahora solo depende de mí….” En tres oportunidades el amarillo también se burló del “Manual” (que dice que los grandes dorados pican y se van al fondo, más aún en un día frío y sin actividad): saltó fuera del agua, volaba enloquecido por los aires, para regocijo de otros pescadores que acompañaban la escena como sorprendidos testigos, y seguían la batalla muy atentos, primero fue una lucha porque había que “pelearlo” al pez embravecido, después había que “trabajarlo” y que solo aquellos que saben del oficio pueden entender… Se portó más que bien el pequeño reel, y también la delgada caña, los músculos hicieron la tracción…. y al final ( sí, como toda lucha, tiene su final ) cazador y cazador exhaustos sobre la arena del Juramento…. Costó renovar fuerzas, a ambos le costó, era evidente después de tal desgaste… siguieron las fotos que las tomó un pescador solidario, y la llegada de los otros que estaban tentando suerte, y los comentarios infaltables “lindo bicho, hermoso!”, “ahora tenés que macharte nomás”, “debe tener quince quilos”, “no, me parece de doce”, etc. etc., la bestia pesó una locomotora y media…. Costó recuperarla para su liberación, se la puso en el agua suavemente y se la cuidó por largos minutos, recuperó algo de energía natural, y al fin, el pez libre nuevamente… El Juramento empezaba a devolver con creces todas las fichas que se le puso desde siempre. Al final diremos que la bestia había sido engañada con algo tan simple…. No era un articulado y colorido señuelo de modernas marcas, ni una artesanal mosca trabajada al dedillo, sino una simple cuchara ondulante, bien pero bien tucumana comprada en El Cometa, pero infalible: La “Mórtal - CAT”, acerada para aguas cristalinas; Y a modo de anécdota ya, para los mas técnicos, el equipo utilizado: una caña Aquarius 240 – Silstar; Un Reel CV300 – Sumax (que carga 100 mts. de tanza 0.30 o 120 mts. de multi 0.20), y por último el multi 0,20 color gris.- El Pescador sólo llegó y sólo regresaba, solo cargando la historia de éste relato…

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